27 de abril de 2009

un pedAZO de clarice l. silencio:

Si no se tiene valor, que no se entre. Que se espere el resto de la oscuridad frente al silencio, sólo los pies mojados por la espuma de algo que se expande dentro de nosotros. Que se espere. Un insoluble por otro. Uno al lado del otro, dos cosas que no se ven en la oscuridad. Que se espere. No el fin del silencio, sino la ayuda bendita de un tercer elemento, la luz de la aurora.

Después, nunca más se olvida. Es inútil intentar huir a otra ciudad. Porque cuando menos se lo espera, se puede reconocerlo de repente. Al atravesar la calle en medio de las bocinas de los autos. Entre una carcajada fantasmagórica y otra. Después de una palabra dicha. A veces, en el mismo corazón de la palabra. Los oídos se asombran, la mirada se desvanece: helo ahí. Y desde entonces, él es fantasma.

1 comentario:

Cecilia dijo...

se te re perdona la adolescencia, pero no te perdonamos que embanderes a la MUERTA-PERSIGUIÉNDOSE-EL-OMBLIGUITO-BURGUÉS de lispector para referirte a vos misma, persona genial trabuchi. no.
Ai lobiu