19 de mayo de 2009

diario de una mudanza- capítulo I: cosas que aprendí en mis libros.

liber me dijo hace poco que mudarse es una de las cosas más traumáticas en la vida de una persona. está estudiado.
haciendo caso a la siempre acertada sabiduría de las frases al pasar de libertad, decidí tomarme esta mudanza muy en serio y darle su espacio en mi vida.
así fue como decidí empezar por lo más peor: mis libros. primera conclusión: los libros albergan una gran parte de la vida de una persona. y no hablo de rancimetáforas o gustos literarios, hablo del hecho físico del libro como objeto contenedor.

adentro de mis libros encontré:
-un pasaje de colectivo (ya sin tinta, no sé la fecha), en cuyo revés hay impresa una promoción:
2entradas al cine+2pochoclos (lean bien porque se viene): 12 pesos (si, leyeron bien).
-una entrada de cine, de un tan cine “gitano”, fechada 3 de febrero del 2006 (mi ahijada cumplía un mes). la dirección del cine: Av.Lib.Bdo.O´Higgins 149, Santiago de Chile.
-un papelucho que dice: si vas al sur, anda al bolsón: cajón azul, hielo azul. (¡fui! y sin recordar este papelucho).

entre mis libros encontré:
-manuales de cosas que nunca aprendí a usar, y andan por acá (máquina de coser, máquina de fotos, máquina de fotos subacuática, máquina de masajes).

entre los lomos:
-un libro de meyrink que compró guido en una terminal de bariloche para leer en el micro de camino a la playa, a sorprenderme. le pareció pésimo y me lo regaló, yo lo guardé por amor, pero recién 5 años después supe quien era meynrink. ahora el libro es un tesoro de mi biblioteca.
-un libro que odio –“demian”- y que compré usado hace mucho. quien fue su dueño anterior, lo dejó bien marcado (¡y obsesivamente! ¡¡con regla y líneas punteadas en los márgenes!!). cataloga de genial la siguiente cita: “muchos hay que solo esta vez en la vida pasan por aquel morir y renacer que es nuestro destino, sólo esta vez, cuando todo lo que hemos llegado a amar quiere abandonarnos y sentimos de repente en nosotros la soledad y el frio mortal de los espacios infinitos. y hay también muchos que embarrancan para siempre en estos escollos y permanecen toda su vida dolorosamente adheridos a un pasado sin retorno, al sueño del paraíso perdido, el peor y más asesino d los sueños”. uff; con razón odio este libro ¡al tacho!
- una autobiografía de menem y un manual para aprender a hacer macramé. debo mis tomos más bizarros a fran.
-libros que ya no me gustan, libros de los que me había olvidado, libros que antes no me gustaban y ahora sí. libros que cambiaron mi manera de ver el mundo, como quisieron que pasara quienes me los regalaron.

entre las líneas:
-mensajes de amor: a nicolás, muchos.
-libros escritos por uno, con sus dibujos, y su trazo inconfundible. su trazo flaco y tembloroso, como es todo él. ese trazo que conozco como el trazo de las líneas de mi mano.

y de repente, en medio de esa mudanza, me ví jugando a ser dios, borrando trazos de cosas que ya no quiero llevar conmigo. borré las líneas, las exclamaciones. los dibujos que juraban el amor eterno más futíl de mi vida. lo borré todo.

y lo que no pude borrar, lo guardé en una caja, y la caja la guardé en otra caja, y a esa caja, la guardé bajo tierra.

"trata de cambiar tu relación con el recuerdo" fue su último consejo (no requerido -por supuesto). pero ¡muchas gracias! aquí va:
dentro de muchos años, cuando ya no me quede ni el recuerdo de haber borrado ni de lo que borré, me sentaré a leer mis libros, con la paz de quien no lleva las marcas de algo que no existe. y así, ahora, me doy cuenta de que hago bien en no llevar las marcas de quien no está –simplemente- por elegir no estar. yo me mudo, y –por fortuna- no invito a esta ausencia a mudarse conmigo.

3 comentarios:

santha dijo...

Tengo unas cuantas mudanzas encima, tengo rebotes contra los bordes y paredes.
En mi ultima mudanza, deseché muchisimas cosas,creo que drené bastante bien represas fallidas de empresas anteriores.
Los libros son un tema a la hora de mudar yo ya tenia regalada la mitad de mi biblioteca, pero aun asi las cajas fueron las más y las más pesadas. Asi que el hijo de puta que dijo que el saber no ocupa espacio se puede ir bien a la mierda

Anónimo dijo...

bien a la mierda.
y ante todo, luego de mis quichicientas mudanzas y cercana a la quichicientouno no quiero más nada. cuando uno vive siempre en el mismo lugar no se da cuenta de los huecos que se van llenando de libros, broches, apuntes que uno guarda pero después cuando los necesita se agacha y saca las cajas y cajas de colores de abajo de la cama y no lo encuentra, pelusas, camisetas,manuales, panfletos, cajitas, cajitas más chiquitas y más grandes, posters, calzado, calzado del 96, del 2002, cartas: de personas que no sé quiénes son, que no me interesan o que me encantaron. Eso cuando uno vive siempre en el mismo lugar, por lo que imaginemos esa limpieza hecha quichicientas veces y ojalá que quichicientouno veces más.

pd: hoy me enteré en el laburo que en los ochenta había un bolichongo que se llamaba "p del f".

Pater dijo...

yo nunca me mudé, pero las cosas mudan por mí y me hacen mudar con ellas, sin importarles si estoy in the mood o out of the mood para mudar con ellas y tapándome en el mud de su mudanza.

¡Pero todo muda para bien, o para adelante sin un atrás; así que: adelante sin enmudecer!