31 de octubre de 2009

se me caen los dientes. uno por uno se me caen los dientes. se me caen las uñas, el pelo. se me caen tres pestañas. cuatro. cinco. se me caen las cejas, las orejas, las ojeras. se me cae la boca, la piel. se me caen las palabras. se caen las manos, lánguidas. las piernas se caen con la sangre que cae y cae. se cae el vientre, caen colgando los intestinos, el estomago, los huesos caen y ya hacen ruido a amonotonado cuando caen. caen los sueños uno a uno, los feos, los lindos, las pesadillas. cae un pensamiento, otro, otro, caen todos; tormenta de pensamientos. caen las palabras, cae la palabra chancleta, cae lluvia, cae mientras, cae dios, cae salida, cae caída. caen los verbos; comer, coger, cagar, correr. caen sinónimos y antónimos de todo lo que ya cayó. caen las lenguas y se cae mi lengua. cae el mate, el termo, la almohada, la cama. caen las cosas. cae la tele, cae la mesa, cae el zapato y la camisa. caen las canciones, las melodías, los ruidos, las bocinas, los autos empiezan a caer. cae el departamento, la casa, los pájaros, el perro, el asfalto, el shopping, el almacen de la esquina, cae el colchón, los carritos, el semáforo, la botella, el tacho de basura, la computadora, las computadoras, los cables de teléfono, los molinos, las siembras, los elefantes, los leones, los aviones, los animales domesticos, los bailes, los tambores, las guitarras, las camas de todos, los besos, las cacerolas, las cámaras de fotos. se cae el techo.

y heme aquí: una señorita, indudablemente.

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