7 de agosto de 2011

bien presentía yo tu llegada. la sentía en algún lugar de adentro, quizás en alguno de esos que nunca se encuentran del todo porque no tienen nombre ni cruz en un mapa. la presentía y sentía como una necesidad, como un sueño. sí, como uno de esos que dan miedo pero se repiten tantas veces que se vuelven domesticables. con cada peldaño lo presentí, con cada segundo y cada belleza. y ahí estaba en la oscura noche de un día cualquiera, tu llegada era frágil y desordenada, llena de incertidumbre. supongo que así fue, quizás así la recuerdo: como llegar a casa, así fue para mí.

lindo!

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