23 de agosto de 2011

en busca del mes perdido

lo que pasa es que ya no se puede calcular cuántas cosas entran en un mes;
entran tres brasileños, por ejemplo, y una guitarra cada mañana
entran nuevas recetas, con nombres extraños y sabor a ganas;
feijoada, alfajor, brigadeiro.
algunos amores inventados y otros de verdad, sorprendentes
como parodias de la primera mentira.
entran mudanzas y llegadas. de estas varias:
a la casa, a la vida, al fondo.
entra un bebé chiquitito;
ya no sé cuánto entra, cuánto puede acabarse
o quizás empezarse en un mes. cuánto puede decidirse o uno quitarse
o desdecirse; o comprarse o venderse
¿cuánto se aprende o se olvida?
quién puede quedarse o irse o incluso volver
cuánto puede cambiar o permanecer, ¿cuándo llegó lo que duele?
o mejor: ¿cuándo llega lo que sana?

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