7 de septiembre de 2011

no me oiga, soy la marea

acuéstese y deje que la vida le pase por encima como un mar
cierre los ojos mientras las algas le lamen los poros
y sepa que por naturaleza todo entra y nada sale
sin habernos lavado de sal y agua
que la vida que es el mar que le pasa por encima
que no es piadosa y mucho menos serena;
le dará el segundo para el aire
pero luego con la fuerza de la marea
por encima le impedirá respirar, pensar, decir
y cada vez que lo intente, la sal y el agua
le lavaran las ideas y la desesperación
parecerá lo único que corra con ellas
entonces espere
que quizás la ola
también sea la calma

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