15 de abril de 2015

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Oliver, hoy fue el último día de la mudanza. Esta mañana, cuando llegué al departamento y vi las flores en la entrada, tuve que aguantarme las lágrimas de felicidad. Las puse sobre la mesa de la cocina, para recordarte todo el tiempo. El Señor nos volvió a unir, nuestro amor está en su Plan Divino.
¿Cómo estás? Yo estoy bien, en un momento de gran paz y siguiendo el camino de la Bondad. La bondad es una de las características del pueblo de Dios. Está en la Biblia, Colosenses 3:12, “Vestios, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. Sólo siento que me falta algo y sos vos. Oliver, no puedo olvidar tu espíritu de niño, tu sonrisa constante. Dios sabe que vos y yo compartimos los más hermosos siete meses en Nueva Zelanda, con sólo el cielo, los árboles y nosotros dos en armonía.
Extraño nuestra vida juntos, pensé que sería para siempre. Creo que los dos lo pensamos. Yo estoy dispuesta a volver, como te decía en el mail anterior. El plan de volver a viajar a Australia no me parece mal, Mi vuelo de noviembre es a Christchurch con una escala en Melbourne, podría llamar a la aerolínea y abrir el pasaje. Me gustaría que nos encontráramos.
Respecto a lo que me planteabas anteriormente. Sí, creo que ciertos valores superficiales actúan en detrimento del amor. La sexualidad siento uno de ellos, pero no sólo. El dinero, la ambición, el entretenimiento vacío. Creo en ver la vida como filósofos; y los mayores filósofos son los niños. . Está en la Biblia, Mateo 11:25, “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños”. Así vimos la vida nosotros en el Kahurangi, mirando el monte acostados sobre la arena ¿qué más podríamos necesitar? La naturaleza es Dios.
Estuve pensando ciertas ideas respecto a los planteos que me hiciste. Si tuviéramos hijos, yo por supuesto esperaría que los bautizáramos y los criáramos en un hogar cristiano. Los domingos por la mañana quisiera que fuéramos todos a misa, con compromiso, no sólo cada tanto. Si vos no fueras a bautizarte, yo le tendría que decir a nuestros hijos que su padre se va a ir al infierno, ya que nunca fue limpiado del pecado original. Pero también les voy a explicar que vamos a rezar por él, que vamos a pedir tu salvación.
Oliver, debemos agradecer nuestra unión en el amor, siento que hemos estado sacando demasiado sin dar al Señor.
Pensaba en lo que discutíamos la otra vez, sobre Dios versus la ciencia. Encontré un artículo que expresa ideas semejantes a las mías, que intenta demostrar que no necesariamente se enfrentan el uno al otro, sino que la ciencia puede existir en el contexto de la fe. Me parece interesante para que leas: http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,1555132,00.html
Escribime pronto, Oliver. Miro las flores y en la habitación es fuerte tu presencia.
Te amo, que Dios te bendiga y te acompañe. C.




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