6 de octubre de 2009

¿sabés, georgina? hace días que me llueve la cabeza. me bajan como arañas por el cuerpo, con sus tantas patas, lentas y malas y tramantes con sus cabezas feas de bola negra las gotas. las gotas caen lento, georgina, lento como los días, como los años y las pieles del cuerpo. tan imperceptible, georgina, que no me alcanza a hacer cosquillas; como las cosas lentas, esas que casi no tocan, las cosas que caen en silencio, como ésas caen éstas.
el otro día pise a una, georgina. parece que hace años había llovido ya desde adentro mío. llegó al piso como el caracol que cruza un desierto arenoso, así, tan imposible. pero llegó, te lo juro, le pisé la punta de la pata ni bien tocaba el piso, luego la otra pata y la otra y la otra. no voy a mentirte georgina, a la tecera pata ya sabía yo que la estaba pisando y seguí con la cuarta y la quinta y a la sexta la dejé un poco para que sintiera ese placer de estar aunque ya no iba a estar más.
¿qué pasará con el resto georgina? me llueven el vientre, los brazos, las rodillas, las orejas y las visceras, me tormenta la cabeza georgina, quizás con el tiempo lleguen todas al piso. quizás...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿sabías que si le sacás las patas a una araña se siguen moviendo?

¡están separadas, totalmente arrancadas del cuerpo y se siguen moviendo!

lo mismo si cortás una víbora al medio.

eso es lo que aprendí en el campo

Unknown dijo...

Me encantó.

pompipon! dijo...

a mi más!

d dijo...

lucha en el lodo por mi amor!

:)