27 de marzo de 2010

verde que te quiero verde

26.2.2010

tras haber recorrido varias veces los pasillos que llevan de nuestro hostal a la plaza principal, todos los vendedores nos conocían y ya nos habíamos comprometido a muchísimas cosas que no teníamos intención de hacer: sí, a la vuelta venimos a ver las fotos del tour; sí, a la vuelta me compro la cartera; sí, a la vuelta me mostrás los collares. nos quedamos sin caminos paralelos para volver al hostal.
en una de esas idas y venidas, yuki y yo nos dejamos convencer por un niño de unos 19 años: entramos a su negocio y nos empezó a mostrar chucherías. el asunto es que el joven era irresistiblemente hermoso, lo cual hacía imposible negarse a su pedido. disfrutamos del eterno despliegue de productos para todos los bolsillos, sexos, edades con mucha paciencia. de repente lo vimos sacar su artillería pesada: una caja de collares hechos por gente de su pueblo.
-estamos apuradas, venimos a la vuelta a verlos.
-beno, aquí las espero.
salimos de la tienda y yo explotaba la necesidad de expresar mi admiración hacia la belleza de aquel adolescente, pero me reprimía la vergüenza de ser una vieja verde:
-yuki, pienso que en marruecos hay gente muy linda. pero físicamente linda.
yuki no le dio mucha pelota a mi comentario. a la vuelta pasamos a ver los collares bereber; adentro de la tienda me dí cuenta de que estábamos las dos mirando fijo al chico y ni nos enteramos de los collares y las artesanías que con tanto arte nos estaba intentando vender.
finalmente logramos escapar; caminando de vuelta, yuki me dice:
-dani, pienso que en marruecos hay gente muy muy hermosa, físicamente.

nos reímos un buen rato y nunca más tomamos otro camino que el que pasaba por la puerta de la tienda del adolescente hot.

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