14 de julio de 2010

yo cierro los ojos y veo tu cara



hace tiempo que vengo pensando, mariano
en una manera de hablarte de cerca;
pero la muerte asusta tanto que enmudece
y congela todo lo que queda por decir.
espero que entiendas;
no es que nos hayamos olvidado
de vos, de tu sonrisa
de todo lo que nos hubiera encantado decirte.
es que es difícil entender a veces
lo injusto de que todos sigamos acá
y vos no.
es tan difícil, mariano,
que a veces consuela sentirte como a un amigo lejano
que se mudó de barrio o eligió otros caminos.
es tan triste pensar
en la persona que serías hoy.
en como sería tu voz de grande,
en si te seguirían gustando los abuelos,
en lo que sentiría al ver
al chico que me dio mis primeros besos
ya tan grande, ya tan hombre.
abro mis cuadernos viejos
y sólo leo tu nombre en un corazón con el mío;
en algún lado amenaza la letra
de una carta que nunca te di -ahí estaba todo mi corazón.
no, mariano, nunca pienses que te olvidamos.
te queremos, a veces de a uno,
a veces todos juntos.
te queremos cuando escuchamos una canción
cuando te vemos en fotos;
a veces nos animamos a hablar de vos
de lo que perdimos cuando te fuiste,
de cuanto nos enamorabas a todas,
del hombre increible que serías hoy.
perdonanos, mariano,
te queremos, te recordamos, te extrañamos
con nuestro miedo, con nuestra tristeza, con nuestro silencio,
pero SIEMPRE.

No hay comentarios: