29 de agosto de 2011

la durmiente

Va ya apagandose el mundo, ya van cayendo como juncos una a una las figuras de los cuerpos que se acuestan, las luces que se apagan. Lo siento, casi lo presiento en los huesos, vamos quedando cada vez menos. Va corriendo la durmiente entre las ventanas, llevándose un poquito de cada almohada para devolverlo solo con la mañana.Va armándose como una lenta telaraña el silencio. Comenzó en algún lugar lejos y ahora hasta aquí llego: me sacude como un huracán que me baila alrededor.
Y acá, ya sabemos, hace tiempo que no reina el sueño. Viven los ríos por la noche y no existe lo que pueda calmar los cauces inevitables de las cosas. Es la misma hora que ayer otra vez y mañana lo será de nuevo
Tan solo resta esperar: mientras tanto prendamos una velita sobre la mesa: una roja para el amor, la verde para la suerte, la amarilla para que otro día salga el sol.  

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