22 de agosto de 2011

think of me as a train goes by

mi amor, vos sabes que yo nunca fui de rezar. me pintaba demasiado siniestro eso de andar hablando solo, con las manos juntas. bueno, eso: nunca sabía qué hacer con las manos ¿había que ponerlas juntas? ¿o eso no se hace cuando uno está solo? nunca supe conectarme con nada que no pudiera ser visto. quizás ahí estuvo el problema de mi devenir simple y con demasiadas estaciones. imagino un fluir constante y no hay nada más distinto a lo que he hecho con todo lo mío.
ahora me detengo en la nada y nada es lo que se suponía que debería haber sido. corre el agua negra y los charcos de sangre rojos cuando cierro los ojos por la noche.
no sé cómo he llegado hasta aquí, empujado por qué fuerzas: quizás en algún momento dejé de preguntarme cosas y entonces sobrevino, tan inevitable como humana, la tragedia de una vida vacía que aplasta como un tractor.  

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