15 de noviembre de 2011

sobre cuánto te extrañé en tánger


pensé entonces que algún día, con tiempo, te contaría
sobre cuánto te extrañe en tánger. llovía entonces y
las ciudades con puerto son tan, pero tan tristes, como
las cosas que antes servían y ya no. caminé por la ciudad
mirándo, sobre el piso, las caras de los peces muertos
y las puntas de los zapatitos
es tanger una ciudad oscura, llena de señoras con capa
y yo pensaba en tu madre y en su cara colorida y aquello
a través de sus ojos, donde siempre se veía llover.
busqué quitapenas, no creas que no:
me escortaron hacia las puertas de varios bares
-no vendemos alcohol a señoritas
-es que no soy señorita, soy trapo de piso, envase vacío
intenté encontrarte en otros hombres para dejar de
extrañarte y todos me tomaron en serio y quisieron
casarse y tener mis hijos pero yo no quise con ninguno.
dos años hacen ya de tánger y lo recuerdo tanto
que es como extrañarte hoy, desde acá. llovía entonces
y yo me refugiaba en cualquier antro a leer con lágrimas
en los ojos, mientras un tipo me miraba fijo intentando
descifrar si sería puta o quizás si podría cobrarme medio dírham
más de lo que dice el cartel; claro que podría. adentro no llueve
y tus palabras en la pantalla me llevan a un lugar
tan lejos de este cuarto húmedo poblado de hombres
que llevan por ropa vestidos, que no se ríen de dios y de la muerte
como vos y yo,
en una ciudad cualquiera y fea de otro
donde llueve y todo se lee en árabe, tan lejos como
debajo de algún
arbol en medio de alguna noche de verano. tanto te extrañe en
tanger que lloré con la lluvia camino a la pensión
cuyo unico inquilino era yo y
donde me esperaba una pequeña pieza pintada de azúl podrido
con una cortina llena de arañas, un suelo hosco y sábanas roídas
y nada más que yo, con las medias mojadas, sentada en medio de
los resortes de mi cama de pensión. te extrañé con la
nostalgia posible, con un yunque en el alma
entre rezos a alá, té con menta y bailarinas exóticas
te extrañé en la cama mugrosa de aquel
lugar perdido al que no he de volver, desde el aburrimiento
desde el cansancio desde la impavidez
te me apareciste, de repente, como una maravilla.

2 comentarios:

santha dijo...

maravilloso! me encanto, me arrugó la tripa

Sebastián Verderame dijo...

wow! flor de poema dani!