16 de mayo de 2012

Escena 1

El ambiente es el living de una casa, el espacio es muy amplio. Hay un sillón grande al medio y uno chiquito a cada costado, una alfombra entre los tres. A la derecha del sillón grande, una mesita con una lámpara y un teléfono con contestador. A la izquierda de la escena se ve una barra que da a la cocina (la cocina entra en escena). Detrás de los sillones se ve una estantería con libros, un tocadiscos, un corcho con muchas notas pinchadas, a la derecha al fondo hay una puerta que es la puerta de entrada a la casa, y una ventana grande que da a la calle. Fuera de escena se encuentran la cocina, el baño y la habitación. Es la casa de un hombre que vive solo; le interesa la literatura y la música. Todo se encuentra en un estado de pausa: como si alguien hubiera estado ahí y se hubiera ido de un minuto a otro. Hay mensajes titilando en el contestador, un plato de comida sobre la barra, el tenedor caído al piso. Hay una mujer durmiendo sobre el sillón; está vestida, sus zapatos de de taco están tirados a un costado. En el tocadiscos suena un tema de Ella Fitzgerald; pasan dos minutos y el disco se traba. Suena el disco rayado unos minutos, hasta que se escucha un ruido en la puerta, como si alguien estuviera tratando de forzar la cerradura. La mujer se despierta con el ruido, mira alrededor asustada, tiene los pelos despeinados. Los ruidos se hacen más fuertes, la mujer sale corriendo y se mete tras la puerta de la habitación. Se escuchan ahora golpes tras la puerta principal, cae el picaporte. De repente se abre la puerta de par en par, y detrás de ella se ve a Nino; tiene puesto el mameluco del taller, le cuelga un repasador al hombro, tiene la cara y las manos medio sucias, y en la mano derecha sostiene una llave francesa. Se queda parado en la puerta, mira alrededor. Entra el torso por la puerta y vuelve a mirar alrededor. Olfatea un poco. Entra sigilosamente, camina hasta el tocadiscos y saca la púa del disco. Se seca la frente y vuelve a mirar alrededor. Nota el plato de fideos sobre la barra, mira alrededor para asegurarse nuevamente de que no haya nadie en la casa, y se acerca velozmente al plato, se limpia una mano contra el mameluco; no encuentra el tenedor, busca con la mirada hasta que lo ve en el piso, se agacha, lo levanta y comienza a comer los fideos parado. Al poquito tiempo agarra el plato y lo lleva consigo al sillón, donde se sienta a comer. Se ve como disfruta muchísimo de la comida. Repentinamente, el disco vuelve a sonar (una nueva canción de Ella Fitzgerald, más movida). Nino pega un salto del susto, se agarra el pecho, lentamente deja el plato de fideos sobre la mesa cercana al sillón. Vuelve a mirar alrededor, y sobre la música que suena bajito, comienza a hablar:
Nino: (primero en voz bajita) ¿Euse?… Eusebio… Eusebiooo… ¿estás acá? (vuelve a mirar alrededor, ahora pega un grito) ¡Euse! (silencio, sigue mirando alrededor, se para y comienza a caminar por la habitación).

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