18 de abril de 2015



Después del desayuno, fuimos de paseo por el centro de Kochi, queríamos comprarnos algo de ropa. Nos dimos cuenta de que yo necesito cosas más cerradas: acá no se muestran los hombros ni el pecho. Hizo mucho calor y lo último que quería era ir a probarme ropa. Pero él estaba tan entusiasmado con comprarse esa pollera, o unos pantalones o lo que sea, algo con colores. A mí me parece que además se puso contento por haberme ganado al ajedrez, como si fuera muy dificil. El sol caía tan fuerte sobre la tierra de la calle que parecía instransitable.
Fuimos de negocio en negocio y vimos tantas cosas pasar frente a nuestros ojos, tantas prendas y tantos colores. Siempre pensábamos: uno más, quizás el que sigue tiene algo que me gusta más. Y así llegamos al final de paseo sin haber comprado nada. Nos sentamos en un kiosquito a tomar algo. Yo tenía la garganta llena de polvo. Pedimos dos limonadas.

-Creo que me voy a comprarla remera roja del segundo lugar, los pantalones, esos azules
-Oliver, todos me miran las tetas
-¿No encontraste ningún vestido?
-No, y hace calor para taparse.

Compramos la remera roja, la de tela más suave, otra azul con unos bordes raros, unos pantalones azules, y un vestido, que aunque es absolutamente transparente, cubre el pecho y los hombros. Cuando volvimos, los tipos de los negocios donde habíamos visto y no comprado estaban indignados. Oliver, que al principio los saludaba con una sonrisa, ya se empezó a exasperar. Avanzaba rápido por la calle. Paramos en un local con internet. Nos sentamos juntos en una silla húmeda y compartimos la compu. Yo tenía un mail de Facundo, lo abrí, me pedía que lo llamara. Tenía también uno de Barbara pero no quise abrirlo frente a Oliver. Él tenía un mail de su papá: llegaban el 20 a Goa. ¿Con quien viaja? Con Sue, es la mamá de un amigo mío ¿Es la novia? Él no lo admite.

Llegamos a casa y me bañé con agua fría. Me puse los pantalones de colores de Oliver y me senté al lado suyo en la cama.

-¿Qué tenes ahí, atrás de esos ojos chiquitos?

Me preguntaba a mí en qué pensaba y yo qué sé, yo todo el tiempo estoy pensando en qué piensa él. Si en su ex novia sociópata o en Brian, en la cara de Sue. Todas cosas que yo desconozco. Pero no hablamos de nada de eso, me acostó sobre la cama y me sacó sus pantalones. Sos perfecta.

Kerala está limitado por el mar Arábigo al oeste y los Ghates Occidentales al este. Los estados vecinos son el de Karnataka y Tamil Nadu. Oliver y yo empezamos a compartir la ropa nueva. Yo no encontré nada que me tape mucho y sus remeras me quedan cómodas. Desde Melbourne que lo vengo jodiendo a Oliver con que le gustan las mujeres que parecen hombres. Quizás es mi pequeña venganza por la existencia de Catie, o sólo para molestarlo. Vemos a los amigos pasearse abrazados por la calle, las mujeres lejos siempre. Yo creo que eso, de alguna manera, es como Oliver. No sé si le gustaría andar abrazado a otros hombres, pero seguro que lo aliviaría tener a las mujeres a una distancia prudente.
Fuimos un rato a la plaza porque Oliver quería practicar malabares. Nuestra habitación es demasiado chica y teníamos miedo de que se rompiera algo. El parque es desolador, el poco pasto que hay está quemado por el sol. Yo me senté sobre mi lona cerca de un árbol, tenía una sombra perfecta. Oliver se puso un solo auricular y empezó a entrar en calor unos metros más allá. Dejé mi libro sobre mis piernas y me quedé mirándolo un rato. Muy rápido, los chicos que estaban en la plaza se empezaron a acercar. Lo miraban embobados y algunos hasta aplaudían cuando paraba. Así, duró como una hora, hasta que Oliver se cansó y se vino a sentar. Los chicos se volvieron a dispersar por el parque.

No hay comentarios: