Pasamos por la casa de las chicas
a comprar más chocolate, esta vez elegimos más del oscuro. El
camino hasta la habitación es un poco dificil por las piedras y la
oscuridad. Voy agarrada de Oliver con fuerza, el tiene mi mano
adentro de la suya, me aprieta contra su cuerpo, mientras con la otra
mano sostiene la linterna. Soy feliz en ese silencio expectante, en
esa cercanía.
Fumamos el porro afuera de la
habitación. Adentro hay un aparato atornillado a la pared que no
sabemos qué es y nos da miedo que sea un detector de humo. A Oliver
le da más miedo que a mí, siendo mi principal argumento que esto es
la India, no Australia, donde hay multas hasta por cómo cruzás la
calle. Afuera está fresco pero todavía lindo, el cielo se ve lleno
de estrellas, como un dulce de leche granizado, una pegadita a la
otra. Cuando terminamos, Oliver trae el tabaco y nos armamos un
cigarrillo cada uno. A mí este tabaco que trajimos me marea, eso me
ayuda a fumar menos.
Nos volvemos a comer todo el
chocolate.
-¿Estoy engordando?
-Sí
-¿Me queda mal?
-No te queda mal
-¿Me quedaba mejor antes?
-Antes tenías un cuerpo perfecto
Me dan dolores en el pie y me
construye una torre para elevar la pierna. Me desvenda el pie y me
pone de nuevo la crema que se calienta. Tengo que lavar las vendas,
en la calle se ponen negras en un segundo. No puedo creer cómo me
lastimé el pie así. Nunca antes tuve algo lastimado, salvo aquella
vez en Entre Ríos. Era verano y con mis primos alquilamos unos
carritos a pedal que se manejaban con una palanca. Agarramos una loma
cuesta abajo, perdimos el control y volcamos. Cuando vino la
ambulancia, se llevaron a mi hermanito que estaba ileso, pero era el
que más lloraba. Yo tuve que volver caminando, aunque tenía todo el
ojo raspado, el cachete, me había partido la paleta por primera vez
y tenía el codo y el hombro al rojo vivo. Me pasé el resto del
verano encerrada en la habitación del segundo piso, como un
monstruo, no podía sacar mis heridas al sol. Por suerte esta vez
tengo a Oliver que me cuida.
Pusimos Borne. Vi media hora y me
quedé dormida.
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