23 de mayo de 2015

Pasamos por la casa de las chicas a comprar más chocolate, esta vez elegimos más del oscuro. El camino hasta la habitación es un poco dificil por las piedras y la oscuridad. Voy agarrada de Oliver con fuerza, el tiene mi mano adentro de la suya, me aprieta contra su cuerpo, mientras con la otra mano sostiene la linterna. Soy feliz en ese silencio expectante, en esa cercanía.
Fumamos el porro afuera de la habitación. Adentro hay un aparato atornillado a la pared que no sabemos qué es y nos da miedo que sea un detector de humo. A Oliver le da más miedo que a mí, siendo mi principal argumento que esto es la India, no Australia, donde hay multas hasta por cómo cruzás la calle. Afuera está fresco pero todavía lindo, el cielo se ve lleno de estrellas, como un dulce de leche granizado, una pegadita a la otra. Cuando terminamos, Oliver trae el tabaco y nos armamos un cigarrillo cada uno. A mí este tabaco que trajimos me marea, eso me ayuda a fumar menos.
Nos volvemos a comer todo el chocolate.

-¿Estoy engordando?
-Sí
-¿Me queda mal?
-No te queda mal
-¿Me quedaba mejor antes?
-Antes tenías un cuerpo perfecto

Me dan dolores en el pie y me construye una torre para elevar la pierna. Me desvenda el pie y me pone de nuevo la crema que se calienta. Tengo que lavar las vendas, en la calle se ponen negras en un segundo. No puedo creer cómo me lastimé el pie así. Nunca antes tuve algo lastimado, salvo aquella vez en Entre Ríos. Era verano y con mis primos alquilamos unos carritos a pedal que se manejaban con una palanca. Agarramos una loma cuesta abajo, perdimos el control y volcamos. Cuando vino la ambulancia, se llevaron a mi hermanito que estaba ileso, pero era el que más lloraba. Yo tuve que volver caminando, aunque tenía todo el ojo raspado, el cachete, me había partido la paleta por primera vez y tenía el codo y el hombro al rojo vivo. Me pasé el resto del verano encerrada en la habitación del segundo piso, como un monstruo, no podía sacar mis heridas al sol. Por suerte esta vez tengo a Oliver que me cuida.
Pusimos Borne. Vi media hora y me quedé dormida.


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