17 de febrero de 2010

los paranoicos

16.2.2010

Cuando nuestro taxi grande llego a Assilah, estaciono en lo que parecía ser una terminal de taxis (barro, mucho barro y solo taxis muertos). En menos de un microsegundo, mis compañeros de taxi (taxista incluido) habían desaparecido. Otro microsegundo mas y se apago la luz que iluminaba la terminal. Ahí estaba yo: sola, bajo la lluvia y en la oscuridad, sin la más puta idea de que hacer. Oscile para la izquierda, para la derecha, hasta que freno un auto en frente mío. Baja el vidrio el acompañante y era una de mis compañeras de viaje: ¿Te alcanzamos hasta algún sitio? Estaba con lo que parecía ser su novio italiano. Bueno, necesito ir a un hotel (nuevamente: confiar o reventar). Me llevaron muy amablemente hasta la puerta de un hotel my bonito y me pidieron una habitación. Nos despedimos y se fueron. Mi ambición por encontrar las mejores ofertas me llevo a salir a caminar a buscar algún sitio quizás más barato. A los cinco pasos, me encontré con un hostigador marroquí disfrazado de pseudo hippie viajero. Me viene con el cuento de que un amigo suyo tiene una especie de hostal muy copado y blabla. Bueno, qué más da, le echo un vistazo. Lo sigo con un poco de duda: ya sabía que a fin de cuentas, iba a volver al primer hotel. Trataba de pensar en cómo se distingue la gente en la que uno confía y la que no: todo indicaba que tenía que confiar en él, pero no me pasaba. Me dijo que conocía a gente de argentina, gente de un lugar con sh: ¡Ushuaia! Qué bueno, una buena señal. Pero después me empieza con: cuanto coraje que hay que tener para viajar solo; te ofrecería llevarte la mochila, pero como no me conoces no confías en mi; no tienes que tener paranoia aquí, tú tienes paranoia porque yo soy marroquí. Y ahí sí, me altero los nervios. Yo me vuelvo al otro hotel, gracias. Pero no seas paranoica. Disculpame, acá el paranoico sos vos, que andas pensando en que corno pienso yo de vos por ser marroquí; no pienso nada de vos y no tengo ganas de andar caminando, me vuelvo; mañana de día, te busco y me mostras el lugar, adiós.

Hoy no lo busque un pito. Cuando llegue a mi hotel hace un rato, me estaba esperando en la puerta, hablando con el conserje.
Paranoico- Hoy me imaginaba a una mujer como tú en Fes
D- ¿Cuál es el problema?
P- Que no debes andar siguiendo a la gente como hiciste ayer conmigo
D- No te preocupes que yo no ando siguiendo a nadie cuando no quiero, gracias
P- Pero ayer viste la oscuridad y quisiste volver a tu hotel, eres una paranoica.
D- No entiendo, ¿no me estás diciendo justamente que eso es lo que debo hacer? Gracias por tu consejo, estás loco.
P- La locura a veces es un lujo.
En su caso seguramente no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amiga...
1°- porfis cuidate...!
2° Cuando te deseaba un viaje lleno de buena energía, entre ellas estaban incluidas, la razón y la fé!!!
3° Ahora te deseo la certeza, para saber en que momento es adecuado usar cada una de ellas!!!
Te adoro!!!
Y segui disfrutando mucho!!!
Ele