1 de marzo de 2010

the breakfast nazi

21.2.2010

Mi hostal en Fes tiene unas reglas demasiado raras. No puedo quejarme de que el check out sea a las 10 de la mañana (¿Cuando inventaran un hotel con check out a las 2 de la tarde? ¿CUANDO?), pero si del hecho de que el hostal cierra sus puertas (y esto significa que no puede haber nadie dentro) de 10 a 12 y de 3 a 6. Sin más, te echan de una patada y adious amigou hasta que se acabe la siesta. Incluso esto es aceptable teniendo en cuenta el hecho de que uno sabe las reglas del juego antes de entrar. Pero lo que me pasó hoy a la mañana…

Tras la mayor travesía en la historia de este viaje, anoche decidí acostarme en mi cama y dejarme dormir hasta que se me antojara. Para mi sorpresa, al día siguiente me desperté a las 9 de la mañana con Abdullah golpeando desesperadamente a mi puerta al grito de: BREAKFAST, MISSS, BREAKFAST!!!! “Si no puedes contra ellos, confúndelos” me repetía siempre un ex novio. Como a esas horas incoherentes yo estoy más confundida que nadie, no pude hacer otra cosa que levantarme y tomarme un rico café en el patio del hostal. Conmigo: dos francesas buena onda, un ingles, un gato que se parece a mona y cinco tortugas que pasean por ahí.

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