10 de septiembre de 2011

tristeza

-una poesía de ceci g-


Le puse nombre de hombre. De ciudad. De poeta.
la puse en un sobre, la mande a Santiago.
la quemé con tabaco, con piro-tertulias.
con incienso la ofrende en cualquier altar.
La cacheteé y me burlé de ella como
de los mamados matrófilos melancocos.
Me desnudé, traté de seducirla.
Y vi cristalizarse la miel en la heladera.
La doblé en cuatro, en ocho, en avión, en barco.
la fotocopié, la plastifiqué, la piqué
la traduje. A francés, a dulce catalán.
La dejé secar al sol, mi socio mafioso.

Me hice un té.
No sé que hacer con esta tristeza.

Portátil. Reciclable. Superpoderosa con rayos
con función voladora, función invisible, función
cambiadora de forma, teletransportadora
como alguno de los x-men.
Invencible como todo lo que sobra.
Lo sobrante inanecdotizable, inmerendable
no se deja ni contalabilizar, ni sube ni baja
de la netamente necra net. Impisapapelizable.
Musa patética en hojotas, te odio como
a un ascensor en enero y a todo lo ascendente y la ascendencia
inspira la peor poesía
la exhala y me envuelve.

2 comentarios:

Cecilia dijo...

ya no tomo té y ya aprendí qué hacer.

las mil formas en que cincosandías hace bien a la salud de sus lectores.

te quiero infinito

variedad de frutas dijo...

esta poesía tiene que ir a un concurso yaaa! es invencible!