2 de octubre de 2012

uno


todos los días como una rueda
ese delicado asunto de cuidar de uno mismo:
llevarse de un lado a otro,
levantarse, reconocerse, lavarse
y alimentarse según estrictas normas.
pensarse y pensar en las cosas
del mundo
darse opiniones y afectos.
quererse, sobre todo, y querer
a los demás; mirar y ver
quién piensa como uno o siente
como uno y quién pudiera estar cerca
y quién lejos.
probar y saber
lo que nos gusta y lo que no.
colmarse de recuerdos.
defenderse, aunque cansado,
frente a quien nos ofende
el honor obligado.
encontrar palabras para decir
y medir siempre la manera de repartirlas
con justicia: ni de más ni de menos.
llenarse de cosas y vaciarse a veces,
cada tanto,
tomarse los trabajos: conocerse y saberse
del todo entero, desenroscarse y, finalmente,
hacerse las paces.

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