1 de octubre de 2013

los diarios de zulma

querido diario:
no sé por dónde empezar a contarte hoy toqué el timbre de mi nuevo trabajo durante como media hora. no sabía qué hacer, si irme o quedarme, pero si me iba quizás ya arruinaba todo desde el primer día. cuando la señora me abrió, entre a la cocina y vi un montón de platos goteando en el secador. la señora no habla mucho conmigo así que no le pregunté nada. pedí permiso y me vine a la pieza a cambiarme. la señora me dio un delantal rosado. me parece que es nuevo. preferiría limpiar con mi ropa porque me da miedo mancharlo. raúl me dice que justo a mí se me ocurre trabajar de empleada, que soy más desordenada que nada. es muy dulce. también ayer me dijo que igual me imagina con el uniforme rosado y qué lindo me debe quedar. le dije que un día pase por la casa para ver cómo me queda, pero no se cómo haríamos para que la señora no se de cuenta o la lidia no lo asuste. las hijas tampoco hablan mucho, pero la más chica es la que más miedo me da. ba, miedo no me da porque es chica, pero algo. por el piso que va a su pieza encontré hoy unas manchas de sangre seca que llegaban hasta el baño. un cepillo de dientes también estaba todo rojo pero no me animé a lavarlo. ese no es mi trabajo. no hay que tocar la sangre de los otros, eso yo lo sé. pienso en raúl y cómo va a ser la primera vez que hagamos el amor. hoy cuando esperaba en la puerta a que la señora me abra pensaba en eso también. irma dice que te sale sangre, mucha sangre porque se rompe algo con la penetración. tengo miedo y verguenza de que el raúl se enoje o piense también como yo que la sangre de los otros no se toca. o también pensé que la sangre seca del piso puede ser mía porque más o menos yo ya sé qué va a pasar. y entonces debería tenes cuidado con las nenas, las hijas de la señora y con el delantal, que tan lindo y tan rosado es.

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